Albert Skira, creador de libros de arte, de aquella espléndida revista que se llamó «Minotaure», aseguró, en el catálogo que conmemoraba sus veinte años de editor, que un bello libro no es obra de una sola persona, sino el fruto del esfuerzo de todos aquellos que trabajan en su elaboración. Son varios los artesanos que intervienen en la elaboración del libro y el esfuerzo es siempre de carácter colectivo.
Cada libro tiene su historia, independiente del autor y del tema que trata. Una historia referida a su edición. Aquel libro que nació rico, que produjo seguramente un déficit en la contabilidad de la editorial, ahí está en una librería de última categoría, vendiéndose en lote con otros más modestos que corrieron igual suerte. «Tres libros por diez pesos» reza el cartel, sin importar nombre de autor, título o tema.
El libro, aún en estas condiciones, mantiene su secreto interior, su historia oculta y una especie de dignidad que lo semeja en esas librerías, donde se vende en promiscuidad con discos y otros objetos, a la de aquellos hidalgos venidos a menos que ostentan en el traje gastado la traza de las repetidas limpiezas de las tintoreras y que viven una segunda vida en la Corte de los Milagros de cualquier ciudad.
Luis Seoane, 1957
Anotaciones:
- SEOANE, Luís, “Breve crónica en relación conmigo y las artes gráficas”, Segundo libro de tapas, Ediciones Bonino, Buenos Aires, 1957
- Albert Skira, Editor de Arte (Vídeo)
- Luís Seoane (wikipedia)